Hazing: qué es, cómo se vive y por qué sigue pasando en Chile
El hazing, una forma de acoso institucional que se usa para integrar a nuevos miembros en grupos cerrados, como universidades, equipos deportivos o corporaciones militares. También conocido como iniciación violenta, es un ritual que, lejos de unir, suele destruir. En Chile, aunque se ha hablado mucho de él en los últimos años, sigue siendo un problema invisible para muchos. No es solo una broma de mal gusto: es violencia estructural disfrazada de tradición.
El acoso institucional, el sistema que permite que el hazing se normalice dentro de organizaciones con jerarquías rígidas no desaparece porque se prohíba. Desaparece cuando las personas dejan de callar. En universidades como la Pontificia Universidad Católica o la Universidad de Chile, casos documentados han mostrado cómo estudiantes jóvenes son sometidos a humillaciones, privación de sueño, consumo forzado de alcohol e incluso agresiones físicas bajo la excusa de "probar lealtad". En equipos de fútbol juvenil, como el de Chile Sub-20, la presión por encajar ha llevado a que algunos jóvenes oculten abusos por miedo al rechazo.
El grupo juvenil, el entorno donde más se ejerce el hazing, porque combina búsqueda de pertenencia, falta de experiencia y autoridad no cuestionada actúa como una burbuja. Quien entra, cree que si no soporta, no merece estar ahí. Pero la verdad es que no se trata de fortaleza: se trata de control. Y cuando alguien se atreve a denunciar, muchas veces enfrenta más presión que el agresor. En 2023, un caso en una universidad de Concepción terminó con un estudiante en terapia intensiva tras una noche de "iniciación". Nadie lo denunció hasta que su familia encontró pruebas en su celular.
Lo peor no es que ocurra. Lo peor es que muchos lo creen inevitable. Que se dice "así siempre ha sido". Pero no es cierto. En países como Estados Unidos o Canadá, las universidades han implementado programas de educación preventiva, y los grupos que persisten en el hazing pierden financiamiento y reconocimiento. En Chile, aún no hay una ley nacional que lo clasifique como delito, y las sanciones son tan débiles que ni siquiera se publican. Las víctimas no reciben apoyo psicológico real, y los responsables rara vez pierden su lugar en el grupo.
El violencia simbólica, la forma en que el hazing se justifica con lenguaje, rituales y normas internas que lo hacen parecer legítimo es lo que lo hace tan difícil de erradicar. Se habla de "hermandad", de "prueba de valentía", de "respeto por la tradición". Pero detrás de esas palabras hay miedo, aislamiento y traumas que duran años. No es un problema de unos pocos locos: es un problema de sistema.
Lo que encontrarás aquí no son solo noticias. Son historias reales de quienes sobrevivieron, de quienes perdieron, y de quienes se atrevieron a hablar. Casos de equipos deportivos, universidades, y hasta grupos de voluntariado donde el hazing se disfrazó de compromiso. No hay soluciones fáciles, pero sí hay una primera cosa que todos podemos hacer: dejar de normalizarlo. Porque nadie merece pasar por eso para ser aceptado.
Oficiales del Ejército Argentino Imputados por Peligroso Ritual de Iniciación con Cal Viva
- por Javiera Urzúa
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Tres oficiales del Ejército Argentino fueron imputados por un peligroso ritual de iniciación que involucró el uso de cal viva. El incidente, que ocurrió en el Regimiento de Infantería Paracaidista 2 en Córdoba, dejó a varios soldados con graves quemaduras y lesiones. Las autoridades investigan y la indignación crece.
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