Corte de Apelaciones: qué es, cómo funciona y su papel en la justicia chilena

La Corte de Apelaciones, un tribunal de segunda instancia en el sistema judicial chileno que revisa decisiones de tribunales de primera instancia. También conocida como Corte de Justicia, es la puerta de entrada para quienes creen que un juicio no se hizo bien y necesitan que alguien más lo revise. No es un nuevo juicio, ni una nueva prueba. Es una mirada crítica a lo que ya pasó: ¿se respetaron las leyes? ¿Se evaluaron bien las pruebas? ¿Hubo errores de forma o de fondo? Si la respuesta es sí, la Corte puede cambiar la sentencia, pedir que se vuelva a juzgar o dejarla tal cual.

En Chile, hay 25 Cortes de Apelaciones, una por cada región judicial, con sede en ciudades como Santiago, Valparaíso, Concepción o Antofagasta. Cada una tiene jueces que se especializan en distintas áreas: penal, civil, familiar, laboral. Si te multaron por exceso de velocidad y crees que la multa no tenía fundamento, o si tu ex pareja no cumple con la pensión alimenticia y el juez de primera instancia no te dio la razón, ahí es donde entra la Corte. No es un trámite de lujo, es una garantía. Sin ella, una decisión errónea podría quedar como ley definitiva.

Lo que muchos no saben es que las Cortes de Apelaciones también controlan a los tribunales inferiores. Si un juez actúa mal, si se retrasa injustificadamente un caso o si aplica mal la ley, la Corte puede sancionarlo o incluso anular sus resoluciones. Esto no es teoría: en 2023, más de 12 mil recursos de apelación fueron aceptados en Chile, y cerca del 18% terminaron con cambios en las sentencias originales. Eso significa que casi uno de cada cinco casos que llega aquí se corrige. No es poco.

Y no solo resuelve conflictos individuales. Las sentencias de las Cortes de Apelaciones también construyen jurisprudencia. Cuando una Corte decide algo de forma reiterada —por ejemplo, que un contrato verbal de arriendo no basta para desalojar a un inquilino—, esa decisión se convierte en referencia para otros jueces. Es como si cada fallo fuera un ladrillo en el edificio de la justicia chilena.

Si alguna vez te has preguntado por qué hay tantos recursos, por qué los juicios tardan, o por qué alguien sigue luchando después de perder en primera instancia, la respuesta está en la Corte de Apelaciones. No es un órgano lejano o abstracto. Está en cada proceso que se cuestiona, en cada familia que busca justicia, en cada trabajador que no acepta una despedida injusta. Y en Chile, nadie puede ser condenado sin tener derecho a que alguien más lo revise.

Lo que encontrarás aquí son casos reales donde la Corte de Apelaciones cambió el rumbo de vidas: desde decisiones sobre pensiones y derechos laborales hasta fallos que pusieron en jaque a grandes empresas o que pusieron fin a procesos judiciales que llevaban años. No son teorías. Son historias que pasan en tribunales de todo el país, con nombres, fechas y consecuencias tangibles.

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La Corte de Apelaciones decidió revocar la prisión preventiva de Eduardo Macaya. Anteriormente condenado a seis años por abuso sexual a menores, ahora cumplirá arresto domiciliario mientras su sentencia no se hace definitiva. La decisión ha generado diversas reacciones en la sociedad.

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