Colusión: qué es, cómo se detecta y su impacto en Chile
Cuando hablamos de colusión, acuerdo secreto entre empresas para manipular precios, repartirse el mercado o limitar la competencia. También conocida como práctica colusoria, la colusión distorsiona el libre juego del mercado y perjudica a los consumidores. La colusión se alimenta de la confianza entre competidores y suele ocultarse tras reuniones informales o intercambios de información privilegiada.
Un tipo frecuente es el precio fijado, acuerdo para establecer un precio común o un rango de precios que todos los participantes respetan. Este mecanismo elimina la competencia real y genera precios artificialmente altos, como se ha visto en sectores de construcción y alimentación. Otro fenómeno relacionado es la licitación fraudulenta, práctica de colusión donde empresas se reparten contratos públicos antes de la adjudicación. Aquí, la oferta real se vuelve una formalidad y el Estado termina pagando de más por servicios o obras.
La colusión no solo afecta a los precios; también deteriora la competencia desleal, situación donde algunos agentes del mercado obtienen ventajas indebidas mediante acuerdos ilícitos. Las autoridades regulatorias, como la Fiscalía Nacional Económica, utilizan auditorías y denuncias privilegiadas para identificar patrones sospechosos. Detectar la colusión requiere analizar datos de facturación, comparar ofertas simultáneas y observar coincidencias inusuales en estrategias de mercado.
Qué encontrarás a continuación
En la lista de artículos que sigue, podrás explorar casos concretos de colusión en Chile, conocer herramientas de detección, revisar sanciones aplicadas por la justicia y aprender cómo las empresas pueden protegerse de prácticas anticompetitivas. Cada publicación aporta una pieza del rompecabezas, desde ejemplos históricos hasta recomendaciones para evitar caer en acuerdos ilegales. Sigue leyendo para profundizar en este tema crítico para la economía del país.
En Chile, el caso de la colusión del pollo ha llevado a un proceso de compensación para los consumidores afectados. Supermercados y productores de pollo fueron culpables de fijar precios y repartir el mercado entre 2008 y 2011. Una multa total de más de $72 millones fue impuesta. Ahora, SERNAC busca compensar a los consumidores. Aprenda cómo reclamar su compensación si compró pollo en ese periodo.
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