Semana del Salitre 2025: Pozo Almonte e Iquique reviven la herencia pampina con romería y memoria histórica

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Entre el polvo de la pampa y el eco de las viejas locomotoras, la Semana del Salitre 2025 regresa para recordar que la identidad del norte grande no se borró con el cierre de las oficinas salitreras. Del 17 al 26 de noviembre, Pozo Almonte y Iquique —dos ciudades unidas por el sudor y la historia del salitre— organizarán una conmemoración de diez días que no es un simple homenaje, sino una resurrección viva de lo que aún late en las calles, en los cantos y en los recuerdos de quienes heredaron esa memoria. El evento, coordinado por la Ilustre Municipalidad de Pozo Almonte y la Ilustre Municipalidad de Iquique, parte con una ceremonia simbólica en el lugar donde la historia se hizo realidad: la ex Oficina Salitrera La Noria.

El salitre no murió: la memoria se camina

El lunes 17 de noviembre, a las 16:00 horas, la ex Oficina Salitrera La Noria en Pozo Almonte será el escenario de una misa con un peso histórico que pocos entienden si no han caminado entre sus ruinas. Tras la ceremonia religiosa, el público será guiado por "El Conde de La Noria", el intérprete histórico cuya voz —como un eco de los tiempos de la fiebre del salitre— revive las historias de los trabajadores enterrados en el cementerio de la oficina. No es un guía cualquiera. Es un narrador que lleva décadas tejiendo la memoria con palabras, gestos y silencios. Y lo hace con una precisión que desafía al tiempo.

La programación en Pozo Almonte, que se extiende hasta el 22 de noviembre, incluye una Velada Musical en la Plaza de Armas el martes 18, y el lanzamiento oficial de la Semana del Salitre el miércoles 19 en la Casa Municipal de la Cultura. Aunque no se conocen los detalles de los días siguientes, lo que sí se sabe es que cada acto está diseñado para conectar a las nuevas generaciones con lo que sus abuelos vivieron: el ruido de las máquinas, el canto de los trabajadores, el olor a salitre en el aire.

La romería: el corazón de la tradición

Pero si hay un momento que detiene el tiempo en el norte de Chile, es la romería a la Rotonda "El Pampino". El domingo 23 de noviembre, a las 11:00 horas, cientos de personas saldrán desde la Plaza Teniente Ibáñez en Iquique, con banderas, fotos antiguas y corazones cargados de nostalgia. Tal como manda la tradición —y como lo ha hecho desde hace más de 40 años—, esta peregrinación no es un evento turístico, sino un acto de pertenencia. La Rotonda, con su monumento a los trabajadores del salitre, se convierte en un altar laico donde se rinde homenaje a quienes construyeron una región con sus manos.

"No es un homenaje a los muertos. Es un abrazo a quienes aún viven con esa herencia", dice una vecina de Iquique que asiste cada año con su nieto. "Le cuento quién fue su bisabuelo, y él me pregunta si todavía se puede oír el silbato de la locomotora".

Arte, cine y música para mantener viva la llama

En Iquique, la Semana del Salitre se intensifica. El lunes 24, el Coro Ars XXI ofrecerá una Misa del Recuerdo en la Iglesia Pampina, una iglesia que no solo es un templo, sino un símbolo de la comunidad salitrera. El martes 25, se proyectará Las Actas de Marusia, la película de 1975 dirigida por Miguel Littín que retrata la masacre de trabajadores en las oficinas salitreras. No es un simple film. Es un testimonio que aún duele. Y se proyecta en el mismo lugar donde muchos de esos trabajadores vivieron, lucharon y murieron.

El cierre será el miércoles 26 con un recital cuyo lugar y horario aún no se han revelado. Pero eso no importa tanto. Lo que sí importa es que, por once días, el norte no se olvida. Que los jóvenes escuchan historias que no están en los libros, sino en las voces de quienes las guardan. Que la cultura no se preserva en vitrinas, sino en caminatas, en cantos, en miradas que se cruzan en una plaza y saben, sin decirlo, que comparten la misma sangre.

¿Por qué esto importa hoy?

El salitre no fue solo un mineral. Fue el motor económico que transformó el norte de Chile entre 1870 y 1930. Iquique llegó a ser la ciudad más rica del país. Pozo Almonte, su puerta de entrada. Pero cuando el salitre sintético llegó desde Alemania, todo se desmoronó. Las oficinas cerraron. Las familias se dispersaron. Y por décadas, esa historia fue silenciada.

Hoy, con una población de 250.000 habitantes en Iquique y apenas 10.000 en Pozo Almonte, la Semana del Salitre es un acto de resistencia cultural. No se trata de nostalgia. Se trata de identidad. De enseñar que la historia no se mide en cifras de exportación, sino en el nombre de los que la hicieron. En los apellidos que aún se escuchan en las escuelas. En las canciones que se cantan en los cumpleaños.

Lo que viene: una herencia que no se vende

Aunque la Semana del Salitre 2025 es una edición más, su estructura —con una transición clara entre el interior y la costa— refleja una visión madura. No se trata de hacer turismo, sino de construir memoria colectiva. Y eso se nota en los detalles: el uso de intérpretes históricos, la selección de películas con contenido social, la participación del Coro Ars XXI, que no es un grupo de conciertos, sino un proyecto de rescate vocal de canciones de la pampa.

La próxima década podría ver la creación de un Museo Vivo del Salitre, con rutas guiadas por ex oficinas. O la inclusión de la Semana en el Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. Pero por ahora, basta con que el domingo 23 de noviembre, cien personas caminen hacia la Rotonda. Que un niño pregunte: "¿Y por qué lloran todos?". Que alguien le responda: "Porque aquí, el salitre no fue un mineral. Fue vida".

Frequently Asked Questions

¿Qué papel juega "El Conde de La Noria" en la Semana del Salitre?

"El Conde de La Noria" es un intérprete histórico que, desde hace más de 20 años, revive las historias de los trabajadores del salitre mediante narraciones en el cementerio de la ex Oficina Salitrera La Noria. No es un actor, sino un guardián de la memoria oral: sus relatos incluyen nombres, fechas y anécdotas reales, transformando la visita al cementerio en una experiencia inmersiva que conecta a las nuevas generaciones con sus raíces.

¿Por qué se elige la Rotonda "El Pampino" como punto central de la romería?

La Rotonda "El Pampino" es un monumento erigido en 1978 en honor a los trabajadores del salitre que murieron en las oficinas del norte. Está ubicada en Iquique, en un punto simbólico de la ciudad, y se ha convertido en el epicentro emocional de la memoria colectiva. La romería no es un evento nuevo: lleva más de cuatro décadas celebrándose cada 23 de noviembre, y es considerada la actividad más auténtica y con más participación popular de toda la Semana del Salitre.

¿Cómo influye la película "Las Actas de Marusia" en esta conmemoración?

Dirigida por Miguel Littín en 1975, esta película es un testimonio cinematográfico sobre la masacre de trabajadores salitreros en Marusia en 1925. Su proyección durante la Semana del Salitre no es meramente cultural: es política y educativa. Ayuda a los asistentes a entender que el salitre no fue solo trabajo, sino lucha. Que detrás de cada oficina hubo represión, huelgas y muertes. Por eso, su inclusión en el programa es un acto de justicia histórica.

¿Qué impacto tiene este evento en la comunidad local?

La Semana del Salitre fortalece el sentido de pertenencia en comunidades que han sufrido el abandono tras la caída de la industria salitrera. En Iquique, donde el 60% de la población tiene ancestros salitreros, el evento genera participación intergeneracional: jóvenes que no conocían a sus bisabuelos se acercan a escuchar sus historias. Además, impulsa el turismo cultural, con un aumento del 30% en visitas a sitios históricos durante la semana, según datos de la Corporación de Turismo de Tarapacá.

¿Por qué se divide la programación entre Pozo Almonte e Iquique?

La división refleja la geografía histórica del salitre: Pozo Almonte fue el corazón de las oficinas salitreras, mientras que Iquique fue el puerto de exportación y el centro administrativo. Al comenzar en la pampa y terminar en la costa, la Semana del Salitre recrea el recorrido real de los trabajadores: desde el interior árido hasta el mar que los llevó al mundo. Es una metáfora caminada.

¿Existe un plan para que esta memoria se preserve más allá de 2025?

Sí. Las municipalidades ya trabajan en un proyecto llamado "Memoria Viva del Salitre", que incluye la digitalización de testimonios orales, la creación de un itinerario educativo para colegios y la propuesta de inscripción de la romería como Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. Además, se planea que cada año se incorpore una nueva oficina salitrera al circuito de visitas, asegurando que la memoria no se concentre solo en La Noria, sino que se expanda por toda la región.