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Liga de Ascenso: así quedó la tabla tras los duelos entre Santiago Wanderers y Unión San Felipe

La tabla se reordena y deja lecturas opuestas

Un dato frío, pero elocuente: hoy Santiago Wanderers mira el tramo alto desde el 3º puesto; Unión San Felipe sufre en la parte baja desde el 16º. Misma liga, destinos bien distintos. Y, aun así, sus recientes cruces movieron más de lo que parece: reacomodaron la confianza de ambos, ajustaron la pelea por la parte alta y empujaron a San Felipe a hacer cuentas finas para no quedarse sin aire.

El historial desde 2004 define una rivalidad real, no de papel. En 36 enfrentamientos, Wanderers ganó 18, San Felipe se impuso en 14 y hubo 4 empates. La diferencia de goles también inclina la balanza hacia Valparaíso: 52 a favor de Wanderers (1,4 por partido) contra 41 de San Felipe (1,1). No es una distancia enorme, pero sí lo bastante clara como para explicar por qué el Verde suele llegar a estos choques con la etiqueta de favorito.

El presente, sin embargo, abre otro guion. En los últimos cinco partidos, Wanderers firmó una racha irregular: 2 triunfos y 3 derrotas, con promedios altos en ambos arcos (2,2 a favor y 2,4 en contra). Golpea bien, pero concede demasiado. Unión San Felipe, en cambio, hiló 3 victorias, 1 empate y 1 caída, reduciendo el daño atrás (1,6 a favor y 1,2 en contra). Esa mejora defensiva reciente explica por qué, pese a estar 16º, su tendencia luce menos sombría de lo que su posición sugiere.

La foto grande de la Liga de Ascenso ayuda a entender por qué estos detalles importan. En un torneo con 16 equipos, cada punto se paga caro: los puestos de arriba empujan a la pelea por ascender, mientras el último lugar queda con la soga al cuello del descenso. El 3º de Wanderers lo mantiene en zona de protagonismo y le permite sostener la ilusión de disputar el salto a la categoría superior. El 16º de San Felipe, en cambio, obliga a sumar ya, sin margen para rachas negativas, porque cualquier bache lo encierra en un callejón complicado.

Mirando los números finos, la diferencia entre ambos no está en la capacidad de hacer daño, sino en la de resistir. Cuando un equipo promedia 2,4 goles recibidos en cinco jornadas, como le ocurre a Wanderers, convive con partidos de ida y vuelta donde un detalle lo cambia todo: una pelota parada mal defendida, una contra mal cortada. San Felipe, con 1,2 encajados por juego en el mismo tramo, recuperó cierta solidez y, con ella, esa calma que permite gestionar ventajas y no entrar en el vértigo del intercambio de golpes.

La historia reciente de la categoría dice que los equipos que ascienden o pelean arriba no siempre son los más goleadores, sino los que logran estabilizar su rendimiento entre líneas. Si Wanderers ajusta su fase defensiva, su posición de 3º puede convertirse en plataforma. Si San Felipe logra mantener su curva hacia arriba, se despega del fondo y se mete en la franja media, donde un par de triunfos seguidos cambian el paisaje.

  • Historial entre ambos (desde 2004): 18 triunfos para Wanderers, 14 para San Felipe, 4 empates.
  • Goles en el cara a cara: 52-41 a favor de Wanderers.
  • Últimos 5 partidos de Wanderers: 2 victorias, 3 derrotas (2,2 a favor; 2,4 en contra).
  • Últimos 5 partidos de San Felipe: 3 victorias, 1 empate, 1 derrota (1,6 a favor; 1,2 en contra).

La presión también juega su partido. En Valparaíso, el 3º no se celebra: obliga a sostener el pulso y a no ceder terreno ante rivales directos. La parte alta es cruel con los tropiezos cortos: dos derrotas y te caes de la conversación. En San Felipe, el 16º pesa distinto: cada punto vale doble, los empates fuera pueden ser botín y los duelos con rivales directos son pequeñas finales. El margen de error es mínimo.

Otro factor es la administración de los momentos. Wanderers atraviesa rachas con gol, pero le cuesta cerrar los partidos cuando se le ponen cuesta arriba. Esa vulnerabilidad bajo presión es común en equipos de ataque alegre: se intenta ganar un 2-1 convirtiéndolo en un 3-1 y acaba en 2-2. San Felipe, con menos vértigo reciente, aprendió a proteger ventajas y a no desesperarse cuando el reloj aprieta.

Lo que viene: hoja de ruta, riesgos y oportunidades

Lo que viene: hoja de ruta, riesgos y oportunidades

Queda mucha liga por delante y el calendario todavía guarda cruces que valen más que tres puntos. Los partidos ante rivales de la misma zona de la tabla —arriba para Wanderers, abajo para San Felipe— ordenan prioridades: asegurar lo propio y no entregar munición al vecino.

Para Wanderers, la tarea es clara: sostener el 3º apuntalando la zaga. Equipos con promedios altos de gol en contra suelen pagar caro en la recta final, cuando los detalles definan posiciones. Bajar ese 2,4 recibido por partido de las últimas cinco fechas sería el primer gran paso para convertir llegadas en victorias y no en empates o derrotas de última hora.

Para San Felipe, el plan pasa por estirar la racha positiva. No necesita ganar todos los partidos; necesita ganar los correctos. En el fondo de la tabla, las fugas se logran ligando dos o tres triunfos en casa y rascando empates fuera. Con 1,2 goles encajados de promedio reciente, hay base para creer que puede construir desde atrás, sin perder la paciencia.

La rivalidad entre ambos seguirá latiendo en cada cruce: pesa la estadística, sí, pero también el contexto. Wanderers llega con la mochila de candidato; San Felipe, con el hambre de quien pelea por salir del barro. En ligas largas, esa mezcla de presión y urgencia suele decidir más que una pizarra perfecta.

Hay además un matiz mental que no conviene pasar por alto. Los equipos que compiten por subir necesitan aprender a ganar “mal”, es decir, cuando no juegan bien. Y los que pelean abajo deben familiarizarse con sumar en días grises. En ese equilibrio se cocina la temporada.

La tabla, por ahora, cuenta dos historias opuestas: Wanderers, 3º y en carrera; San Felipe, 16º y con la obligación de reaccionar cada semana. La aritmética de los próximos partidos puede cambiar el relato, pero los datos que dejaron sus duelos más recientes ya marcan una tendencia: Wanderers deberá ajustar su defensa para que su jerarquía pese; San Felipe, sostener su solidez para salir del apuro. Ahí se juegan mucho más que tres puntos.

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