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Lakers bajo la lupa: Daimiel advierte sobre su irregularidad ante los Timberwolves
Los Lakers, entre dudas y expectativas al inicio de los playoffs
¿Alguien esperaba ver a los Lakers tambaleando en los momentos clave? Pues así lo ve José Daimiel. El conocido analista de baloncesto ha puesto el foco en las debilidades del conjunto angelino tras su arranque en la eliminatoria contra los Timberwolves. A pesar de la brillante incorporación de Dončić y la presencia dominante de LeBron James, el equipo no termina de arrancar. Esa etiqueta de favoritos que muchos les colgaron a principio de temporada parece, por ahora, solo eso: una etiqueta.
Daimiel recuerda el balance negativo de los últimos 21 partidos de la fase regular, con un 10-11 que no invita precisamente al optimismo. Desde la llegada de Dončić la maquinaria ha funcionado entre altibajos. Cuando el esloveno entra en calor —como sucedió con sus 16 puntos en un primer cuarto arrollador— parece que los Lakers pueden con cualquiera. Solo que la historia cambia en cuanto el base se sienta en el banquillo. Es ahí cuando Minnesota huele la sangre y su defensa, especialmente sobre Austin Reaves, dinamita cualquier intento de continuidad ofensiva. Los minutos sin Dončić se han convertido en una pesadilla y el equipo evidencia desconexiones que en playoff cuestan caro.
Desafíos ante la defensa Timberwolf y la necesidad de una respuesta colectiva
No es solo una cuestión de actuaciones individuales. Daimiel destaca que los Lakers tienen que mejorar ese juego colectivo que alguna vez prometieron. Porque la presión de los Timberwolves no deja espacio a errores ni a relajaciones. Y, claro, aparece Anthony Edwards. El joven escolta rival se ha convertido en una auténtica pesadilla: capacidad anotadora, inteligencia táctica y físico para aguantar todos los golpes. Cada vez que la defensa de Minnesota sube el nivel, a los Lakers les cuesta encontrar vías alternativas para generar peligro.
En este panorama, Daimiel insiste en la urgencia de que las estrellas del equipo angelino no solo sumen, sino que también contagien actitud y garra. LeBron necesita que tanto Dončić como el resto de la plantilla se impliquen en defensa y ataque, evitando esas fases apagadas en las que los rivales imponen su ritmo. La química parece aún sin cuajar y cada desconexión se traduce en parciales dolorosos, justo cuando la temporada entra en el punto de máxima intensidad.
La eliminatoria apenas ha comenzado, pero una cosa está clara: los Lakers tendrán que mostrar mucho más si quieren evitar una salida prematura. La consistencia y la capacidad de reacción serán claves ante uno de los equipos mejor armados de la Conferencia Oeste. O espabilan, o el brillo de sus estrellas quedará en el olvido frente a la dureza Timberwolf.
Escrito por Luz Esquivias
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